Testimonios

"Afortunadamente, ¡el ezcema de Hugo al final desapareció!"

Img_"Afortunadamente, ¡el ezcema de Hugo al final desapareció!"

Los primeros síntomas de dermatitis atópica aparecieron cuando Hugo tenía 4 meses de vida. Su padre también había tenido ezcema cuando era joven. Siguiendo diligentemente las recomendaciones del dermatólogo, poco a poco, la dermatitis de Hugo desapareció. Su madre, Delphine, nos explica las dificultades con que se encontraron.

Contexto

Delphine, ¿Cuándo desarrolló tu hijo la dermatitis atópica?

Apareció cuando tenía 4 meses. Hasta ese momento, nuestro hijo tenía la piel de bebé, suave y tersa. En mi juventud nunca tuve ezcema. Sin embargo, mi marido lo tuvo durante largo tiempo. Cuando vio las rojeces en la cara de Hugo y en los codos, inmediatamente pensó que era eczema. Hugo comenzó a rascarse y su piel se volvió extremadamente seca. Su afección finalmente fue diagnosticada como dermatitis atópica.

Síntomas

¿El ezcema atópico de Hugo es un problema?

¡Sí! Para empezar no es nada atractivo. Cuando era pequeño, obviamente, no le molestaba este aspecto. Sin embargo, era muy doloroso, tanto para mi marido como para mí, que la gente hiciera comentarios sobre nuestro hijo cuando íbamos por la calle o que lo miraran de manera jocosa. Cuando creció, desarrolló un terrible complejo debido a su piel escamada. Sus amigos del colegio incluso empezaron a burlarse de él. Y no podía dormir por la noche debido al picor de la piel. ¡Incluso a veces se rascaba la piel hasta que se sangraba!

La solución

¿Encontraste algún tratamiento efectivo?

Seguimos de manera meticulosa todos los consejos que nos dió el dermatólogo. Hicimos todo lo que pudimos para evitar que Hugo estuviera en contacto con los ácaros del polvo, con pelo animal, moho… Lavamos las alfombras, las cortinas y Hugo evitaba el contacto con animales. Cuando le dábamos un baño, siempre usábamos un jabón suave y limpiadores sin perfume. De esta manera, conseguíamos que el contacto con agentes irritantes fuera el mínimo. Y nos asegurábamos de que su piel estuviera siempre bien hidratada. Por suerte, al final la dermatitis atópica de Hugo desapareció cuando tenía 10 años. Cuando miro atrás pienso: "¡fue una pesadilla!"

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